
Los pensamientos son clave en nuestra visa según Carmen Ochoa, médico y experta en mindfullness. (Una terapia meditativa que tiene como objetivo la comprensión de la realidad más inmediata al tiempo que permite regular las emociones y estructurar la conciencia ). “Al día nuestro cerebro procesa cerca de 60.000 pensamientos, de los que el 95% son involuntarios.
Son procesos mentales
Los pensamientos son procesos mentales que nos ayudan a organizar, interpretar y dar sentido a la información que recibimos a través de nuestros sentidos. Son la base de nuestras emociones, decisiones y acciones.
Existen diferentes tipos de pensamientos, como los racionales, irracionales, positivos, negativos, automáticos, creativos, entre otros. Los pensamientos automáticos son aquellos que surgen de manera espontánea y no necesariamente reflejan la realidad, mientras que los pensamientos racionales son aquellos que se basan en evidencias y lógica.

Es importante aprender a identificar y cuestionar nuestros pensamientos para evitar caer en patrones de pensamiento dañinos. La terapia cognitivo-conductual es una herramienta efectiva para trabajar en la reestructuración de pensamientos disfuncionales.
En resumen, los pensamientos son fundamentales en nuestra vida diaria y tienen un impacto significativo en nuestra salud mental y bienestar emocional. Es crucial aprender a gestionarlos de manera adecuada para mejorar nuestra calidad de vida.
Esta técnica, ayuda a regular los “pensamientos conflictivos que llevamos creando gran parte de nuestra vida”. El principal método es poner foco en el presente que se realiza a través de “las sensaciones físicas, los olores, los colores”.
De esta manera, se hacer consciente al cerebro ya que “el objetivo último del cerebro es la supervivencia. Está siempre pendiente de dolores pasados y de los miedos futuros”. Así, las emociones tienen influencia principal entre mente y cuerpo, como decíamos en artículos anteriores.

El resultado de esta inconsciencia mental, según la DR. Ochoa, es estrés crónico que puede derivar en dolores de cabeza, insomnio, hipertensión o infartos. Estas enfermedades son algunas de las grandes pandemias del siglo XXI. Ante este escenario, el silencio mental se plantea como “un antídoto frente a los automatismo cerebrales y el pensamiento compulsivo”.
Además hay muchas maneras de lograr este silencio mental, quietud o paz interna, atreves de muchas otras técnicas, como la meditación, etc. Además, como uno de los efectos positivos de estas prácticas, aumentan el incremento en la densidad de la materia gris. Insisto hay una gran necesidad de concebir la conciencia humana como “una obra en continua construcción en la que somos arquitectos”.